Fake It Until You Make It, Me Dijo una Vez un Ladrón

Hace años que me intriga el caso Theranos. Todavía recuerdo el día que vi a Elizabeth Holmes en Forbes con un buen speech pero sin hechos concretos, y me pregunté “¿Cómo es posible?”, porque claro, si los ingenieros no pueden entender cómo funcionan las cosas, tampoco pueden dormir tranquilos. Bueno, años después descubrimos que en realidad era todo una mentira lo que habían vendido a los inversores, a la prensa, y sus propios clientes. Ahora, después de ver The Dropout, estoy más interesado que nunca en este caso, y estas son mis reflexiones.

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La historia

Elizabeth Holmes fundó Theranos cuando tenía solo 19 años. Tenía una visión: con solo una gota de sangre, sin dolor, realizar cientos de análisis de laboratorio en un dispositivo pequeño y económico, que podrías tener en casa. Con esa idea increíble, comenzó la empresa, y durante los siguientes 15 años recaudaron más de 700 millones de dólares. Theranos fue valorada en 10 mil millones de dólares (como 10 unicornios). El dinero era real. El producto, falso.

Las lecciones

Ahora voy a desglosar este increíble caso y analizaré cada parte de la historia para ver si Elizabeth es solo una excepción, un monstruo al que podemos culpar y nada más, o si el problema es más profundo, y estas prácticas pueden encontrarse en cualquier lugar, en cualquier momento.

“Fake it till you make it”

¿Escuchaste esta frase alguna vez en alguna de las empresas en las que trabajaste? ¿Cuántas veces? No puedo responder la segunda porque ya perdí la cuenta, y así es como comienza la estafa de Theranos. Empezaron a recaudar dinero de inversores sin un producto funcional, simplemente lo fingieron. ¿Alguna vez tuviste que presentar una demo a los stakeholders, con algunas partes simuladas de tu producto (si no todo el producto) para cumplir con una fecha límite? ¿Te suena familiar? Si es así, ¿ellos lo sabían? Creo que en muchos casos, la respuesta es no. Lo que probablemente harías en ese caso es hacerlo funcionar para la próxima, pero en el caso de Theranos, la complejidad del problema a resolver era tan alta que pasaron años sin conseguirlo.

El equipo increíble

Es bien sabido que los inversores y venture capitalists (VC) valoran más a la persona o el equipo a cargo de ejecutar la idea, que la idea en sí misma o incluso un producto funcionando. Entonces, este es el primer bug del sistema: las probabilidades de éxito en el mundo del VC son mayores para un gran vendedor que para un gran ingeniero o científico. Elizabeth Holmes, sin experiencia ni estudios, prometió cambiar para siempre las pruebas de sangre. Sin embargo, inversores experimentados de Silicon Valley se lo creyeron por su discurso atrapante y su carisma.

Pero probablemente no sea la única. En los últimos años vimos muchas startups recaudar dinero con una promesa que finalmente no pudieron cumplir, y ahora la mayoría está enfrentando rondas de inversión a la baja. Esto sucede por múltiples factores, pero ¿cómo estamos seguros de que algunos de esos fundadores no son simplemente estafadores? ¿Dónde está la delgada línea entre un visionario y un impostor? No hay una respuesta clara, de hecho, hay mucha subjetividad en este punto. El 90% de las startups no sobrevivirá, y si los inversores encontraran una respuesta, ese número podría mejorar drásticamente.

El wrapper

Como para la mayoría de las empresas, fue muy difícil para Theranos cumplir con sus plazos. Vendieron algo que no tenían (¿nos sorprende?) y los clientes comenzaron a presionarlos para que tuvieran un producto funcional, o los contratos se cancelarían. Sin clientes, los inversores están descontentos. Si los inversores están descontentos, no hay dinero. Así, este fue el génesis de la siguiente estafa en la historia de Theranos: como no podían hacerlo funcionar, comenzaron a usar un producto de terceros. Compraron algunas máquinas de Siemens y las implementaron en sus socios como si hubieran sido desarrolladas por Theranos. Ahora, pensando un momento solo en empresas de tecnología, ¿cuántos negocios conocés que en realidad solo son un wrapper de un servicio de terceros? Podría enumerar algunos “inventores” o emprendedores que lo que están haciendo es usar la tecnología de grandes compañías como Google, y solo tienen un frontend personalizado y pequeño y un discurso genial para venderlo. Y la mayoría de ellos está cobrando a sus clientes por servicios que podrían obtener, en muchos casos, gratis. ¿Son también estafadores? Y esto empeora cuando afirman ser inventores de alguna tecnología de código abierto que simplemente encontraron por ahí.

No se juega con la salud, Elizabeth

Y aquí es donde creo que se destruyó Theranos. Es cuestionable, pero tolerable, que una app de citas falsifique perfiles, haciéndote perder tiempo deslizando bots solo para que sientas que tenés muchas opciones, o que una fintech con un montón de bugs diga que tu saldo es cero cuando tenés tus ahorros ahí, o que ese software increíble que creés que usa inteligencia artificial para darte mejores insights en realidad use SQL duro en una base de datos arcaica. Al igual que muchas empresas, podés jugar con eso, pero no podés decirle a la gente que tiene cáncer cuando no lo tiene, y eso es lo que hizo Theranos. Pero la ironía de esta historia es que fue declarada culpable de defraudar a los inversores, pero no a los pacientes.

Conclusión

Elizabeth Holmes (CEO) y Ramesh Balwani (COO) están esperando la sentencia, y podrían pasar 20 años en la cárcel. Me pregunto si este caso se expuso solo porque era una HealthTech. ¿Cuál hubiera sido su destino si hubieran decidido fundar una FinTech? ¿O tal vez una startup de Blockchain? Quién sabe. Pero cuando el sistema te dice que siempre debés decir “sí” y aprender cómo hacerlo después, parece que ella, en cierto modo, siguió los pasos al pie de la letra. Finalmente, creo que todos somos responsables de tener un ecosistema más saludable y sustentable. En cuanto a su futuro, después de que pague su condena, puedo ver a Elizabeth como una gurú del Personal Branding, porque en eso, es una genia.